Formatos de pantalla y formatos de proyección
En la compra de una pantalla, la cuestión sobre el ancho de la pantalla resulta en la mayoría de veces del espacio que permite el lugar dónde se va a colocar y del orden de los asientos. La altura correspondiente de la pantalla resulta del formato de esta, cuya selección no es un asunto fácil. Hay pantallas de un formato cuadrado de 1:1, del formato 4:3 como un televisor y de un formato de pantalla ancha de 16:9.
La selección del formato de pantalla depende mayormente de la aplicación intencionada (presentación de diapositivas, presentación en la pantalla del ordenador, televisión normal, ver DVDs) y naturalmente del proyector en uso (proyector de diapositivas del formato 4:3, videoproyector del formato 16:9). En los capítulos siguientes vamos a explicar a base de numerosos ejemplos de la práctica lo que se puede ver en la pantalla si se utiliza una cierta combinación de proyector y de pantalla.
Tamaño de pantalla, tamaño de imagen y enmascaramiento
En este capítulo vamos a aclarar primero algunos términos importantes que están relacionados con el tamaño de una pantalla. Por ejemplo, aquellas personas que eligen una pantalla en nuestro Shop de pantallas siempre obtendrán dos datos del tamaño: el tamaño de la pantalla y el tamaño real de la imagen proyectada sobre esta. Los dos tamaños son importantes en la compra de la pantalla. Finalmente, uno quiere saber por un lado qué tamaño tiene la imagen que finalmente se verá sobre la pantalla y, por otro lado, para el montaje es importante saber exactamente el espacio que necesitará la pantalla en la pared.
Vamos a contemplar la imagen contigua en la cual las dos medidas están señaladas. Las flechas azules miden el tamaño real de la pantalla; las flechas rojas el tamaño real de la imagen. Reconocemos inmediatamente que el tamaño de la pantalla se diferencia al tamaño de la imagen en el marco negro, que también se llama enmascaramiento o marco marginal. Aquí hay que mencionar que también existen pantallas que no disponen de este marco negro, por lo cual el tamaño de la pantalla es igual que el tamaño de la imagen, véase por ejemplo un trípode. Ahora, la pregunta es porqué se enmascara algunas pantallas con un marco marginal negro. Qué sentido tiene un marco negro semejante?
Ahora vemos una maravillosa imagen panorámica del paisaje montañoso del lago Stelli en primer plano y el Matterhorn en el fondo. Las dos imágenes siguientes representan la misma foto, una vez colocadas centralmente en un marco negro y otra vez en un marco blanco. Cuál es la mayor diferencia entre el enmascaramiento blanco y el negro? El marco negro forma un contraste muy fuerte alrededor de toda la imagen en todas partes. Como nuestra foto ha sido tomada de día y no contiene el color negro, la impresión del contraste con el marco negro aún es más intensiva. Al contrario, en la segunda imagen, el marco marginal tiene un color parecido a las nubes claras del cielo y la nieve sobre las montañas. Por lo tano, el contraste del marco hacia la imagen es débil; en la parte de la izquierda de arriba, las nubes incluso parecen marginar con el marco.
Pero al ojo humano no le gusta las imágenes flojas sino los contrastes, tanto dentro de la imagen como también entre la imagen y el borde. Por ejemplo: la persona que cuelga un cuadro en su salón, normalmente eligirá un marco algo más oscuro que destaque de la pared blanca. Si una cadena televisiva demuestra una película de cine, en la parte de arriba y de abajo de la pantalla aparecen unas barras negras debido al formato de imagen más angosto. Ahora, imagínense que estas barras no son negras sino blancas; entonces, durante una escena nocturna, nos cegarían las barras blancas, mmientras apenas se podría reconocer la imagen real. Inimaginable!
Por lo tanto, vamos a resumir que un marco negro de enmascaramiento aporta un contraste muy bueno con la imagen real y también un margen óptimo para el borde de la imagen. Por lo tanto, aquellos que compren un vídeoproyector y una pantalla y puedan ajustar el tamaño de proyección del vídeoproyector de tal forma que entre justamente en la zona de la imagen de la pantalla con un marco negro, podrán disfrutar de una imagen estupenda con un contraste fuerte con el borde de la pantalla. En los siguientes capítulos vamos a demostrar lo que hay que considerar en este contexto y porqué estas relaciones opcionales no se pueden producir siempre.
Formatos de imagen en el sector de fotografía, computadoras y televisión
Antes de observar en los siguientes subcapítulos los distintos formatos de pantallas y los formatos de imagen correspondientes, vamos a echar primero un vistazo a los distintos formatos de imagen y sus formatos correspondientes a los que están expuestos los fotógrafos, los usuarios de PCs y los fans del cine casero.
Denominación del formato |
Relación de aspecto |
Formato oblongo de foto pequeña (36x24) |
3:2 (1,5:1) |
Formato alto de foto pequeña (24x36) |
2:3 (0,67:1) |
Formato cuadrado de foto pequeña (36x36), formato medio (6x6) |
1:1 |
Formato PC, Formato televisión |
4:3 (1,33:1) |
Formato pantalla ancha (HDTV) |
16:9 (1,78:1) |
Fomato cinematográfico banda ancha |
1,85:1 |
Formato cinematográfico Cinemascope |
2,35:1 |
Vamos a empezar con un fotógrafo normal de diapositivas que proyecta sus diapositivas a la pantalla mediante un proyector de diapositivas. Una foto pequeña tiene un tamaño de 36 x 24 mm, por lo tanto una relación de aspecto de 3:2 y/o 1,5:1. Lo especial de la foto pequeña es que tiene un formato oblongo y también un formato alto. Por lo tanto, los proyectores de diapositivas normales pueden proyectar en la pared tanto diapositivas con el formato oblongo con una relación de aspecto de 3:2 como también la relación de aspecto del formato alto de 2:3. También existen diapositivas de formato cuadrado con un tamaño de 36 x 36 mm, que se encuentran en los archivos de algunos fotógrafos. Estas diapositivas no se exponen con una cámara normal de imagen pequeña, pero se pueden adquirir en algunos lugares turísticos. Por lo tanto, este tipo de diapositivas de formato cuadrado entre los cuales también considero los formatos medios del tamaño 6 x 6 cm, tienen una relación de aspecto de exactamente 1:1 y generan una imagen cuadrada.
Ahora seguiremos con los formatos televisivos y cinematográficos. Un PC normal genera 1024 x 768 píxels en un pantalla de 17"; esto corresponde a una relación de aspecto de exactamente 4:3. Y la imagen estándar de un televisor normal tiene exactamente de la misma relación de aspecto. Por eso, el formato 4:3 se llama formato de televisión o formato de PC. Los televisores modernos ya están preparados para la televisión en alta resolución (HDTV) y su imagen es de una relación de aspecto de 16:9, por lo tanto son más aptos para las películas que los televisores normales del formato 4:3. Los que tengan un televisor estándar semejante en el salón y ven una película se sentirán molestos por las barras negras en la parte de arriba y de abajo de la pantalla. Entonces, uno rápidamente desea tener un televisor en el formato ancho de 16:9. Y aún así, en este caso aún quedan unas barras negras si se ve una película de cine. La razón es que las películas de cine todavía tienen una relación de aspecto más extrema que el formato 16:9. Mientras en el formato HDTV, la superficie de la imagen es por un factor de 1,78 más grande que la altura de la imagen, este factor es en el caso de una película cinematográfica de banda ancha 1,85 y en el caso de un palícula cinematográfica de cinemascope incluso 2,35.
En el dibujo de arriba se han dibujado distintos formatos de imagen sobre una pantalla cuadrada. Se nota claramente que la zona central gris clara para una película cinemascope es por un factor de más de 2 más ancha que alta. Las barras azules y amarillas aparecen si se ve una película semejante en un televisor de 16:9 (azul) y/o en un aparato estándar de 4:3 y/o un PC (amarillo). También ahora reconocemos con esta imagen que el formato de imagen rojo ocupa un espacio mucho más grande que los formatos de televisión y cine. Si se gira una imagen pequeña roja por 90°, la zona roja de imagen con sus barras externas grises correspondientes también entra verticalmente en la superficie de imagen cuadrada. Y, finalmente, necesitamos la zona de imagen cuadrada completa si proyectamos unas diapositivas de formato cuadrado o diapositivas del formato medio de 6x6 a la pantalla.
Pantalla del formato 1:1
A continuación vamos a coger una pantalla con una relación de aspecto de 1:1 como las hay de tamaños distintos y analizamos cuántos formatos de imagen distintas y de distintas fuentes de imagen pueden ser representadas en una pantalla semejante. Seleccionamos intencionadamente una pantalla con un enmascaramiento negro, porque en el capítulo anterior hemos aprendido que un marco negro semejante realza el contraste de la imagen real y define la imagen lateralmente de forma óptima.
Proyector de diapositivas del formato 1:1 con una pantalla del formato 1:1
Vamos a empezar con la proyección normal de diapositivas de 35mm normales a una pantalla del formato 1:1. Un proyector normal tiene la característica positiva que puede proyectar las diapositivas de 35mm tanto en el formato oblongo como en el formato alto y el formato cuadrado. Una diapositiva enmarcada de 35 mm siempre es del tamaño estándar de 5x5 cm; la imagen real tiene un tamaño o bien de 36 x 24 mm o bien de 24 x 36 mm o 36 x 36 mm. Las siguientes tres imágenes demuestran cómo cada formato es representado en nuestra pantalla de 1:1. En los ejemplos siguientes (y también en los capítulos siguientes) la condición siempre es que el proyector en uso sea ajustado o bien mediante la función del zoom o bien por el posicionamiento manual de una forma que la imagen siempre quede en el centro de la pantalla.
En la imagen de la izquierda vemos una diapositiva normal de 35mm en el formato oblongo. Se trata del Gran Glaciar Aletsch con los Alpes de Bern en el fondo. Naturalmente, la imagen real solo hace uso de una parte de nuestra pantalla; el proyector oscurece el resto de la pantalla. He enmascarado esta zona oscurecida intencionadamente en un gris oscuro, ya que un color negro auténtico como lo tiene el borde de nuestra pantalla no se puede alcanzar en la proyección mediante el oscurecimiento. En una habitación luminosa, esta zona incluso sería blanca como la pantalla; en una habitación oscura, esta zona aparece en un gris oscuro como resultado de las reflecciones y luz restante. Mientras el contraste de la imagen es óptimo en el lado lateral del marco negro de la pantalla, en la parte de arriba y de abajo de la imagen sólo es suficiente.
En la imagen del centro vemos el Matterhorn fotografiado en el formato alto. Aquí, tenemos la situación al revés que la de la imagen derecha: en el borde superior e inferior de la imagen tenemos un contraste óptimo al enmascaramineto negro de la pantalla; a la derecha y a la izquierda, las barras son más o menos negras. Lo que es característico es que la imagen de formato oblongo a la izquierda y la imagen de formato alto en el centro aparecen en la pantalla del mismo tamaño.
Finalmente tenemos a la derecha una imagen de formato cuadrado, por ejemplo una diapositiva del tamaño 36 x 36 mm o una imagen de formato mediano de 6x6 cm. A primera vista se podría pensar que también se trata del Matterhorn pero tomado desde otra perspectiva; pero de hecho no es el Matterhorn de Suiza sino el Matterhorn en Mauricio, el Mont du Rempart. Para una imagen semejante del formato 1:1, la pantalla de 1:1 es naturalmente óptima, ya que la imagen es recogida óptimamente por el marco negro que aporta el contraste por todos los lados.
Vídeoproyector del formato 4:3 con una pantalla del formato 1:1
Ahora nos vamos a permitir el lujo de reemplazar nuestro proyector de diapositivas por un vídeoproyector del formato estándar de ordenador y/o televisor de 4:3. Primero vamos a contemplar nuestras diapositivas antiguas con la ayuda del vídeoproyector en nuestra pantalla del formato 1:1. Para ello, la condición es que hayamos escaneado nuestras diapositivas y con ello estén disponibles en el ordenador. Ahora conectamos nuestro ordenador al vídeoproyector y obtenemos en nuestra pantalla una imagen como es demostrada en la siguiente foto de la izquierda. Al igual que en el caso de un proyector de diapositivas, la zona de la pantalla no usada aparece en un gris oscuro si oscurecemos la habitación; con la luz del día, esta zona es naturalmente tan blanca como la pantalla. En el borde derecho de la imagen tenemos un contraste óptimo hacia el enmascaramiento negro de la pantalla; arriba y abajo, nuestro desktop oscuro merge casi flúidamente con el resto de la pantalla.
Ahora colocamos con un visualizador algunas imágenes de 35mm a nuestro desktop y las contemplamos en nuestra pantalla. Una imagen de formato oblongo no entra exactamente en nuestra pantalla del ordenador y por eso tampoco lo hace nuestro vídeoproyector, ya que la imagen de 35mm tiene una relación de aspecto de 1,5:1, mientras nuestra pantalla sólo tiene 1,33:1. En nuestra pantalla del ordenador tapamos el espacio restante con dos barras negras; estas barras aparecen en nuestra pantalla en un gris oscuro, ya que el vídeoproyector no es capaz de proyectar un negro perfecto. Pero eso no es ningún problema (véa la imagen del centro arriba).
La situación es más desagradable si proyectamos una imagen de formato alto. Ya conocemos este efecto de la pantalla del ordenador: ciertamente utilizamos la altura completa de la pantalla, pero a la derecha y a la izquierda tenemos unas barras negras y anchas que, por supuesto, volvemos a ver en nuestra pantalla como barras grises oscuras. Esta situación es ciertamente la menos conveniente: a la derecha y a la izquierda de la imagen tenemos unas barras grises oscuras proyectadas y arriba y abajo unas barras en gris claro que resultan de la luminosidad restante. No es asombroso que en la era digital se prefiera trabajar con el formato oblongo y el formato alto cada vez desaparece más.
Podemos corregir este fallo si sólo contemplamos imágenes de formato alto usando la función de zoom del vídeoproyector: para ello, agrandamos la imagen de tal forma que nuestra diapositiva que realmente es de formato alto llega hasta el tope de arriba y de abajo de nuestra pantalla. Entonces, naturalmente también proyectamos hacia los lados fuera de la pantalla, pero sólo se trata de las barras grises proyectadas al vacío y eso no molesta en una habitacioón oscura. De esta manera podemos contemplar nuestra imagen de formato alto en un tamaño de imagen normal; pero en cuanto aparezca una imagen de formato oblongo o si proyectamos nuestro desktop de Windows, nuestra imagen aparecerá a trozos repartidos por la habitación.
Pero ya que tenemos un vídeoproyector tan estupendo, no sólo lo queremos usar para contemplar una imagen del ordenador sino también para ver la televisión. Las tres imágenes siguientes demuestran las situaciones que resultan de un pantalla de 1:1 en combinación con un vídeoproyector de 4:3. Primero vamos a ver un programa normal de televisión, por ejemplo las noticias actuales. Nuestra pantalla del televisor tiene un formato de 4:3, por lo tanto corresponde al formato de nuestro vídeoproyector. De las tres imágenes siguientes, la imagen de la izquierda demuestra esta situación: utilizamos gran parte de la pantalla, a la derecha y a la izquierda, la imagen llega hasta el enmascaramiento negro y en la parte superior e inferior tenemos una zona de pantalla restante y sin usar que, dependiendo de la luz del día, aparece en un gris claro hasta un gris oscuro.
La situación se pone interesante en el caso de los formatos de pantalla ancha. Vamos a ver un partido de fútbol que es emitido en el formato 16:9. Al igual que en el caso de un televisor normal se acortan la parte superior y la parte inferior de la pantalla con unas barras negras, vemos estas barras en nuestra pantalla como zonas grises oscuras. Las barras son grises oscuras y no negras como el enmascaramiento de la pantalla porque un vídeoproyector no es capaz de proyectar un color negro perfecto. Por lo tanto, mientras a la derecha y a la izquierda de la imagen tenemos un contraste muy bueno al marco negro, el contraste hacia las barras grises oscuras proyectadas de la parte de arriba y de abajo de la pantalla sigue siendo suficientemente bueno.
Exactamente la misma situación pero más extrema resulta si vemos una película en el formato cinemascope (2,35:1). Las barras grises proyectadas juntas son casi igual de anchas que la imagen real. Ciertamente es una lástima tanto espacio de imagen no usado, pero en el caso de una pantalla suficientemente grande, la imagen real aún es lo suficientemente grande para disfrutar plenamente del cine.
Al final de este capítulo queda por mencionar que no hay ninguna ley que obligueo proyectar la imagen en el centro de la pantalla. Para poder disfrutar de un partido de fútbol en el formato HDTV 16:9 no hace falta desenrollar la pantalla completa. En vez de ello, se tira solo un poco más de la mitad de la pantalla del tubo de forma que la imagen proyectada aparece en la parte inferior de la pantalla. Además, la barra gris inferior puede ser proyectada sobre el enmascaramiento negro de forma que no se ve. Entonces tenemos una imagen enmarcada por tres lados por el marco negro de la pantalla; sólo en la parte de arriba de la pantalla se puede ver la barra gris de la proyección. De esta forma, una pantalla común de 1:1 se convierte en una pantalla de 16:9 casi perfecta. Naturalmente se puede aplicar este truco para la proyección de fotos y/o imágenes del ordenador.
Conclusión pantalla 1:1
Para aquellos que usan una pantalla tanto para proyectar las diapositivas con un proyector normal de diapositivas como también para proyectar imágenes del ordenador o de la televisión con un vídeoproyector normal de 4:3, la pantalla del formato 1:1 es muy apta, ya que es la única pantalla que es capaz de utilizar la altura comopleta y el ancho completo de la pantalla con las diapositivas proyectadas tanto en el formato oblongo como el formato alto y también del formato cuadrado.
Al proyectar las imágenes del ordenador y de la televisión con un vídeoproyector de 4:3 no hace falta sacar la pantalla entera del tubo; es suficiente sacar sólo algo más de la mitad the la altura disponible de la pantalla.
Pantalla del formato 4:3
Mientras en el capítulo anterior hemos analizado distintos proyectores en conjunto con una pantalla del formato cuadrado de 1:1, ahora vamos a elegir una pantalla del formato de televisión de 4:3 de la cual también existen distintos tamaños. En las siguientes observaciones, el tamaño no tiene importancia, solamente el formato la tiene. Primero vamos a volver a observar las condiciones si usamos un proyector normal de diapositivas y después cambiamos a un vídeoproyector moderno de 4:3. Volvemos a utilizar una pantalla con un enmascaramiento negro para que en aquellas zonas en las cuales la imagen proyectada toca los bordes de la pantalla tengamos una enmarcación óptima y de mucho contraste de la imagen.
Proyector del formato 1:1 con una pantalla del formato 4:3
Vamos a empezar con un proyector normal de diapositivas que puede proyectar en la pantalla material original de 35mm tanto en el formato oblongo como también en el formato alto y el formato cuadrado. En el caso de una pantalla de 1:1 tuvimos la circunstancia agradable que tanto una imagen del formato oblongo como también una imagen de formato alto entraban exactamente en la zona de imagen de la pantalla. Las tres imágenes siguientes demestran que este ya no es el caso con una pantalla del formato 4:3. Finalmente, una imagen de formato oblongo tiene el mismo tamaño que una imagen de formato alto, sólo que está girada por 90°.
Vamos a empezar nuestro análisis con la imagen derecha de las tres imágenes: una diapositiva del tamaño 36 x 36 mm o una imagen de formato medio de 6x6 puede ser proyectada sobre la pantalla de tal forma que toca el enmascaramiento negro de la pantalla en el borde de arriba y el de abajo. Por lo tanto, en el borde de arriba y de abajo de la foto tenemos una transición de contraste óptima de la imagen al marco negro de la pantalla. A la izquierda y a la derecha de la imagen, una parte de la pantalla queda sin utilizar. A la luz del día, esta parte tiene más o menos el mismo color que la pantalla mientras en condiciones de luz oscuras aparece en un tono gris como resultado de la luz restante y de la reflección.
Ahora vamos a contemplar la imagen central y reconocemos exactamente el mismo efecto que en el caso de la imagen de formato cuadrado, sólo que las zonas de la pantalla no utilizadas en gris son algo más anchas. La cuestión se pone interesante en el caso del formato oblongo (imagen izquierda): incluso si aparentemente se puede agrandar la imagen (aún tiene mucho espacio en los cuatro lados), esta sólo ocupa la parte central de la imagen, porque una vez que hayamos posicionado exactamente el proyector de diapositivas, como ya se sabe, la imagen de formato alto es del mismo tamaño que la imagen de formato oblongo. Por lo tanto, tenemos en los cuatro lados de la imagen una parte de la pantalla sin usar que, dependiendo de la situación de la luz, aparece en un color claro u oscuro.
En una presentación de diapositivas en la cual sólo aparecen imágenes del formato oblongo, naturalmente no se puede ajustar el tamaño de la proyección de tal forma que la zona de imagen es congruente con el formato oblongo de la imagen. Entonces prácticamente se ve una imagen óptima en un bonito marco negro. Pero en cuanto aparezca una imagen de formato alto, esta será proyectada fuera de los bordes de la pantalla. Queda por mencionar que un proyector de diapositivas se ajusta en una pantalla de 1:1 con la ayuda de una diapositiva de formato alto, porque con una diapositiva de formato oblongo no se puede reconocer si una diapositiva de formato alto que aparece después entre exactamente en la zona de la pantalla.
Vídeoprojector del formato 4:3 con una pantalla del formato 4:3
Ahora volvemos a cambiar nuestro proyector de diapositivas contra un vídeoproyector moderno del formato 4:3-Format y conectamos el aparato a nuestro PC. Un desktop normal de Windows que vemos en un monitor de 17 pulgadas en una resolución de 1024x768 íxels, es reproducido exactamente sobre nuestra pantalla y naturalmente también entra en la zona de imagen de nuestra pantalla, ya que tanto la resolución del ordenador como también la resolución del vídeoproyector tienen el mismo formato de 4:3 como también lo tiene nuestra pantalla. Esta situación corresponde a la imagen izquierda de las tres imágenes siguientes.
Si representamos una diapositiva escaneada de 35m en nuestra pantalla del ordenador, tenemos una barrita estrecha negra en la parte de arriba y de abajo, porque el fichero de la imagen tiene una relación de aspecto de 1,33:1. Esta tira negra es proyectada por nuestro proyector hacia la pantalla y aparece allí en un gris oscuro, ya que ningún proyector es capaz de producir un color negro óptimo. Esta situación está representada en la imagen central en dónde reconocemos que las barritas estrechas grises oscuras no molestan.
En el extremo derecho vemos la representación de la imagen de formato alto. Esta utiliza la altura completa, tanto en la pantalla del ordenador como también en la pantalla de proyección; a eneradas por el vídeoproyector. Igual que en la pantalla del ordenador, aquí también tenemos la situación que las imágenes de formato alto resultan claramente mas pequeñas que las del formato oblongo. Las condiciones del contraste de alrededor son muy favorables: tanto hacia el enmascaramiento negro de la pantalla como también hacia la barra gris oscura, el contraste de la imagen es suficiente y notable.
Una pantalla de 4:3 semejante es prácticamente ideal para todo tipo de aplicaciones en el ordenador, porque la imagen proyectada, independientemente del contenido, entra exactamente en la zona de la imagen de la pantalla. Naturalmente, la función correspondiente del vídeoproyector y/o la posición exacta del vídeoproyector es la condición. Y como una imagen de televisión normal tiene el mismo formato de 4:3, También es lógico que esta entre exactamente en la zona de imagen de la pantalla de 4:3; podemos ver esta situación en la imagen de la izquierda de la siguiente serie de imágenes a base del ejemplo de un programa de televisión normal.
Ahora volvemos a ver un partido de fútbol que es emitido en el formato de pantalla ancha (16:9) como se puede ver en la imagen del centro. Si tenemos un televisor de 16:9, la superficie total de la imagen está rellenada por el campo de fútbol. Pero nuestro vídeoproyector sólo proyecta una imagen de 4:3 en la pantalla. Y entonces tenemos arriba y abajo unas barras negras igual que en el caso de un televisor normal, sólo que aparecen gris oscuras en la pantalla, ya que un vídeoproyector no puede producir un color negro auténtico. Vamos a ver un DVD con una película cinematográfica en el formato cinemascope (2,35:1), entonces, tenemos unas barras negras arriba y abajo incluso en el caso de un televisor de pantalla ancha del formato 16:9. Naturalmente, estas barras son notablemente más anchas en la pantalla de 4:3; casi ocupan la mitad de la imagen (imagen de arriba a la derecha).
En el capítulo anterior (pantalla 1:1) he mencionado al final que no se debe estirar la pantalla completa si no s ehace uso de una proyección de 1:1. Naturalmente, lo mismo es aplicable para una pantalla de 4:3. Pero en este caso, estirar la pantalla incompleta no tiene mucho sentido, ya que la imagen proyectada entra exactamente en la zona de la imagen de la pantalla, y el gris oscuro del proyector ya no se diferencia tanto del enmascaramiento negro. Además se debe considerar que en el caso de un DVD el menú principal y los extras como por ejemplo los trailers son emitidos en el formato normal de 4:3.
Proyector de formato 16:9 con una pantalla del formato 4:3
Para finalizar este capítulo vamos a permitirnos el costoso lujo de un proyector de pantalla ancha del formato 16:9 y seguimos utilizando nuestra pantalla de 4:3. Si la tarjeta gráfica del ordenador genera una imagen del formato 16:9 y puede transmitirlo al vídeoproyector, obtenemos en nuestra pantalla de 4:3 más o menos una imagen como la izquierda de las tres fotos siguientes. Reconocemos que sólo utilzamos una barra central de la pantalla de proyección; arriba y abajo tenemos unas barras que, dependiendo de la luz ambiental, aparecen en una gris claro hasta un gris oscuro.
Si ahora representamos unas imágenes de 35mm digitalizadas en nuestro desktop, obtenemos en el caso de imágenes del formato oblongo una situación como en la imagen del centro y en el caso de las imágenes de formato alto como en la siguiente foto a la derecha: a la izquierda y a la derecha de la imagen vemos unas barras grises oscuras que genera nuestro proyector en la pantalla.Por lo tanto, las imágenes son representadas de un tamaño más pequeño que con el uso de un vídeoproyector de 4:3, comparando las fotos respectivas en el capítulo anterior. Por lo tanto, el vídeoproyector de 16:9 conectado al ordenador sólo nos aporta desventajas.
Incluso si proyectamos una imagen de televisión o de DVD con un vídeoproyector de 16:9 sobre nuestra pantalla de 4:3, sólo utilizamos una parte de la pantalla. En el caso de la imagen de televisión (foto de la izquierda con las noticias) tenemos unas barras oscuras a la derecha y a la izquierda como también es el caso si vemos un programa de televisión normal en una pantalla ancha de televisión. Sólo cuando vemos nuestro partido de fútbol en la pantalla ancha de 16:9 utilizamos todo el ancho de la pantalla y prácticamente tenemos las mismas proporciones que si usamos el vídeoproyector de 4:3, sólo que las barras de arriba y de abajo son más claras, ya que no son generadas por el vídeoproyector y dependen de la luz restante. Lo mismo se aplica en el caso de la foto derecha contemplando un DVD de 2,35:1. Aquí también sólo tenemos desventajas en comparación con el vídeoproyector de 4:3.
Por lo tanto, notamos que no tiene ningún sentido gastar mucho dinero por un vídeoproyector de pantalla ancha del formato 16:9 si sólo tenemos una pantalla de proyección de 4:3. En cada situación de proyección sólo tenemos desventajas frente a un vídeoproyector normal del formato 4:3. Queda por mencionar que un vídeoproyector de pantalla ancha de 16:9 probablemente también soporta el modo estándar en el formato de la relación de aspecto de 4:3; entonces volvemos a tener la misma situación que en el capítulo anterior.
Conclusión pantalla 4:3
Una pantalla con la relación de aspecto de 4:3 es apta tanto para un proyector normal de diapositivas como también para un vídeoproyector normal de 4:3. El uso de un vídeoproyector de pantalla ancha de 16:9 en conjunto con una pantalla de proyección de 4:3 no tiene ningún sentido como hemos podido ver en el subcapítulo anterior.
Las imágenes del ordenador y los programas de televisión normales hacen uso del espacio completo de la pantalla, por lo tanto son representados óptimamente con un buen contraste hacia el enmascaramiento negro de la pantalla. Por naturaleza, las películas en el formato ancho ciertamente son representadas de forma más angosta; pero como el beamer tapa el resto de la pantalla con luz oscura, las condiciones de luz son muy buenas y se puede disfrutar de una imagen muy buena. Lo mismo ocurre cuando se contamplan fotos digitales mediante el PC.
Haciendo uso de un proyector de diapositivas no se puede utilizar el ancho entero de la pantalla; por lo tanto, el tamaño máximo de la imagen resulta de la altura de zona de la imagen de la pantalla. Por lo tanto, una pantalla con una relación de aspecto de 4:3 es óptima para aquellos que proyectan tanto programas normales de televisión como también películas, proyecta imágenes del PC a la pantalla y ocasionalmente utiliza un proyector de diapositivas para la presentación de diapositivas.
Pantalla del formato 16:9
En los últimos dos capítulos primero hemos analizado una pantalla cuadrada con la relación de aspecto de 1:1 y después una pantalla del formato estándar de 4:3. Ahora cogemos una pantalla del formato de pantalla ancha de 16:9 y vidualizamos de nuevo cómo la imagen es representada desde distintas fuentes de luz. Las pantallas del formato 16:9 también existen en tamanos distintos; pero para los análisis siguientes, sólo la relación de aspecto de 16:9 tiene importancia. Naturalmente, la condición para ello es otra vez que el proyector o el vídeoproyector es ajustado mediante la función del zoom o el posicionamiento manual de tal forma que la imagen sea proyectada exactamente sobre la zona de imagen de la pantalla.
Proyector de diapositivas del formato 1:1 con una pantalla del formato 16:9
Primero vamos a utilizar un proyector normal de diapositivas para ver una presentación de diapositivas común en nuestra pantalla de 16:9. Las tres imágenes siguientes apenas se dintinguen de las del subcapítulo respectivo de la pantalla de 4:3: el tamano de la imagen resulta de la imagen de formato alto que es adaptado exactamente a la zona de imagen de la pantalla. Con la altura de la imagen de formato alto también se determina el ancho de la imagen de formato oblongo y en la foto de la izquierda vemos que uns diapositiva normal de formato oblongo sólo ocupa una parte en el centro de la pantalla disponible.
No importa si se trata de una diapositiva de formato oblongo, de formato alto o cuadrado, ni si quiera se va a proyectar la mitad de la pantalla disponible y resultarán unas grandes superficies vacías que con la luz del día aparecen en gris claro y en la oscuridad en gris oscuro. Respectivamente tampoco tenemos una enmarcación de la imagen con contraste mediante el enmascaramiento negro de la pantalla; sólo en el caso de la imagen de formato alto, los bordes de imagen cortos tienen contraste mediante el enmascaramiento.
Por lo tanto reconocemos que una pantalla de 16:9 es menos apta para el uso con un proyector normal para diapositivas. Se desperdicia demasiada superficie de pantalla; la imagen proyectada no entra bien en la zona de imagen de la pantalla.
Vídeoproyector del formato 4:3 con una pantalla del formato 16:9
Ahora vamos a reemplazar el anticuado proyector de diapositivas por un vídeoproyector del formato estándar de televisión 4:3. Como nuestra pantalla tiene un formato de 16:9, nuestro vídeoproyector ciertamente puede hacer uso de la altura completa de la zona de imagen de la pantalla pero no del ancho completo. La imagen izquierda de la serie de imágenes siguiente lo demuestra: nuestro desktop de Windows es adaptado en el formato estándar de 4:3 en la pantalla de 16:9. esto se efectua si la función del zoom del vídeoproyector está ajustada exactamente en la zona de imagen de la pantalla o si el vídeoproyector está posicionado exactamente en la distancia debida hacia la pantalla.
En la parte superior e inferior de la imagen tenemos un contraste óptimo hacia el enmascaramiento negro de la imagen. Pero en la parte izquierda y derecha de la imagen quedan unas zonas grises que, debido a la luz restante más bien aparecen en un gris claro a la luz del día y en una habitación oscura en gris oscuro. Por lo tanto, en las partes laterales no tenemos un buen contraste porque nuestro casi merge flíudamente en la zona vacía de la pantalla.
Si contemplamos la foto del centro y la de la derecha, veremos rayas de todos los colores. En la imagen del centro proyectamos una diapositiva escaneada de 35mm con nuestro vídeoproyector de 4:3 a nuestra pantalla de 16:9. Como ya explicado a base de la foto izquierda, nuestro vídeoproyector no rellena el ancho completo de la pantalla de forma que tenemos unas barras grises verticales a la izquierda y a la derecha. Nuestra imagen de formato oblongo no rellena la pantalla del ordenador completa, ya que tiene el formato 4:3, mientras nuestra diapositiva de 35 mm es del formato 3:2. Por lo tanto, el vídeoproyector proyecta unas barras negras en la parte superior y la parte inferior de la imagen, que en la pantalla aparecen en un gris oscuro.
En caso de la proyección de una imagen de 35mm escaneada y de formato alto, el asunto es justamente al revés: la imagen utiliza la altura completa de la pantalla del ordenador y con ello tambien la del vídeoproyector; pero a la izquierda y a la derecha, el vídeoproyector produce unas barras negras en la pantalla que sólo aparecen en un gris oscuro porque ningún vídeoproyector puede generar el color negro. La situación en la foto derecha parece brusca: en el borde de afuera se encuentran las barras negras del enmascaramiento de la pantalla, siguen unas barras más o menos claras/oscuras debido a la zona de pantalla no utilizada y alrededor de la imagen, el vídeoproyector produce unas barras marginales en gris oscuro.
Aquí me gustaría volver a mencionar que no hay nada en contra de no proyectar la imagen al centro de la pantalla sino al borde de esta. Así, la imagen del vídeoproyector es bordeada por tres lados por el marco negro de la pantalla y en esos tras lados hay un contraste muy bueno.
Pero ahora vamos a sumergirnos en la diversión televisiva y así, como ya hecho en los capítulos anteriores, vemos primero las noticias, después un partido de fútbol y al final una película. Como ya fué el caso durante la proyección de la imagen del ordenador, nuestro vídeoproyector de 4:3 tampoco utiliza todo el ancho de nuestra pantalla de 16:9 con la imagen televisiva. Quedan unas barras a la derecha y a la izquierda que, dependiendo de la luz ambiental, aparecen en un gris más oscuro o más claro.
Primero vemos las noticias (foto izquierda) y notamos que utilizamos el alto entero de la pantalla; a la izquierda y a la derecha quedan las barras verticales que previamente hemos descrito. Pero la imagen es grande y en la parte superior e inferior tiene un buen contraste hacia el marco negro de la pantalla. En nuestro partido de fútbol (foto central), el asunto es más desagradable: a parte de las barras verticales sin usar tenemos unas barras horizontales en gris oscuro proyectadas por nuestro vídeoproyector en la pantalla. Estas son las famosas barras negras que encontramos cuando vemos una película en un televisor normal. Y, naturalmente, tenemos la misma situación si vemos un DVD (foto derecha) en el formato cinemascope (2,35:1), sólo que las barras horizontales son notablemente más gruesas.
Ahora algunos lectores se sentirán decepcionados, porque en una situación semejante no se puede crear realmente la sensación de cine, y un vídeoproyector de pantalla ancha 16:9 no está en el presupuesto de todos. Pero a cambio, ahora se presenta el golpe de toda la cuestión: en la foto central de arriba del partido de fútbol vemos que tanto a la derecha como a la izquierda y también arriba y abajo hay zonas de la antalla sin usar. Si nuestro vídeoproyector dispone de una función zoom, simplemente hacemos un zoom de la imagen de 16:9 hasta que esta rellene toda la pantalla. Esta situación se ve entonces en la foto del partido de fútbol de abajo.
Ahora vamos a utilizar la zona de imagen completa de la pantalla, por lo tanto, tenemos unas condiciones casi óptimas. Digo "casi" porque ahora, las barras grises oscuras son proyectadas por nuestro vídeoproyector sobre el enmascaramiento negro de la pantalla de arriba y abajo, de forma que el negro es aclarado ligeramente, pero no es molesto. Y naturalmente, podemos aplicar el mismo efecto del zoom en nuestra película de DVD, sólo que con el formato de cine de 2,35 no conseguimos rellenar la pantalla completa. Quedan unas pequeñas barras grises oscuras que nuestro proyector proyecta en parte sobre la zona de la imagen y enparte sobre el marco negro de la pantalla.
Ahora el espectador se alegrará: Si vemos un programa normal de televisión como son las noticias, hacemos uso de la altura completa de la pantalla al igual que si vemos una película en el formato de pantalla ancha. En caso de un programa noticiario tenemos unas barras verticales a la izquierda y a la derecha mientras durante un programa de 16:9 hacemos uso del la zona de imagen entera de la pantalla. Al final de este subcapítulo vamos a resumir que una pantalla de 16:9 combinada con un vídeoproyector normal de 4:3 está predestinada para mirar programas de pantalla ancha y/o películas.
Vídeoproyector del formato 16:9 con una pantalla del formato 16:9
Ahora a vamos a utilizar un vídeoproyector para nuestra pantalla de 16:9 con exactamente la misma relación de aspecto. Si el vídeoproyector está correctamente posicionado y/o si la función del zoom es utilizada respectivamente, el vídeoproyector proyecta una imagen exactamente en la zona de imagen de nuestra pantalla. La foto izquierda de las tres imágenes siguientes demuestra exactamente esa situación durante la proyección de la imagen del ordenador. Naturalmente, la condición para ello es que la tarjeta gráfica del ordenador aporte un formato de pantalla ancha en la relación de aspecto de 16:9.
Ahora representamos cualquier imagen en nuestro desktop de Windows. Si seleccionamos, como en la foto central, una diapositiva de 35mm digitalizada de formato oblongo, esto ocupará la altura completa de la pantalla; a la izquierda y a la derecha el vídeoproyector produce uns barras oscuras, como también lo podemos ver en la pantalla. Pero estas barras verticales son estrechas y muy oscuras, de forma que casi siempre mergen con el enmascaramiento de la pantalla. Durante la representación de una imagen escaneada de formato alto (foto derecha) también tenemos unas barras verticales, pero cada una es casi tan ancha como la imagen de formato alto.
En las dos situaciones tenemos un contraste casi óptimo mediante el marco negro de la pantalla. Y como nuestro vídeoproyector proyecta un gris casi negro como barra marginal, nuestra foto digital destaca sobre el fondo negro. Y eso es muy agradable para el ojo.
Ahora vamos a utilizar nuestra pantalla de 16:9 y nuestro vídeoproyector de 16:9 para ver la televisión. Primero vamos a empezar otra vez con un programa normal de noticias en el formato estándar de televisión (foto izquierda de las 3 fotos siguentes). Si vemos un programa semejante en un televisor de pantalla ancha, tenemos unas barras negras a la izquierda y a la derecha. Nuestro vídeoproyector proyecta exactamente esa imagen sobre nuestra pantalla, y las barras marginales no aparecen en negro sino en un gris oscuro porque ningún vídeoproyector puede generar el color negro verdadero. Pero sí tenemos una imagen óptima en la pantalla ya que utilizamos la altura completa de la pantalla y nuestra imagen de noticias destaca muy bien del fondo negro/gris.
Después vemos un partido de fútbol que es emitido en el formato HDTV (16:9) como es demostrado en la foto del centro siguiente. En una televisión de pantalla ancha, el campo de fútbol ocupa toda la pantalla, e igual lo proyecta nuestro vídeoproyector de 16:9 a nuestra pantalla de 16:9. por lo tanto tenemos unas condiciones óptimas: nuestro campo de fútbol ocupa toda la pantalla de proyección y es bordado perfectasmente por el marco marginal negro. Lo mismo ocurre, naturalmente, con una película que es emitida en el formato 16:9.
Finalmente, vamos a ver una película en DVD que es emitida en el formato de pantalla ancha cinemascope 2,35:1. En un televisor de pantalla ancha hacemos uso de el ancho completo de la pantalla y arriba y abajo tenemos unas barras negras. El vídeoproyector de 16:9 proyecta la imagen de la misma manera a la pantalla. las barras horizontales negras son grises oscuras, porque un proyector no es capaz de generar un color puro negro. pero apenas se distinguen del marco de enmascaramiento negro, de forma que casi tenemos una imagen DVD perfecta sobre el fondo negro. Esto es puro cine casero!
Por lo tanto, como era de esperar, las imágenes de arriba demuestran que la combinación de uina pantalla de 16:9 con un vídeoproyector de 16:9 es óptima. Podemos disfrutar tanto de las imágenes del ordenador como de imágenes de televisión de cualquier formato sobre una superficie negra en un tamaño suficiente sin cambio del zoom en el proyector. Sólo las fotos digitales del formato alto aparecen algo pequenas en la pantalla.
Conclusión pantalla 16:9
Como esperado, la pantalla del formmato de película es óptima para ver programas de pantalla ancha y películas de pantalla super ancha y permite el uso completo de la zona de la imagen tanto con un vídeoproyector normal de 4:3 como también con un vídeoproyector de pantalla ancha de 16:9. Pero en caso de utilizar un vídeoproyector de 4:3 se debe aplicar la función del zoom del proyector para así adaptar la imagen, dependiendo del tamaño, óptimamente en la zona de imagen de la pantalla. Probablemente, incluso se debe efectuar un cambio si se cambia del DVD al menú principal que casi siempre es emitido en el formato 4:3.
Las imágenes del ordenador son representadas óptimamente si se hace uso de un vídeoproyector de 16:9. Haciendo uso de un vídeoproyector estándar de 4:3, la altura de la imagen es bastante baja y se obtiene unas zonas verticales en la pantalla sin usar. Tambien el tamaño de las imágenes es pequeño si se emite con un proyector normal de diapositivas a una pantalla de 16:9.
De las obsevaciones anteriores se puede deducir claramente que se debe usar una pantalla de 16:9 si uno prefiere ver programas de pantalla ancha y películas.
Resumen
En los capítulos de arriba hemos analizado la interacción de distintos formatos de pantalla con distintos proyectores. El claro resultado que obtuvimos de ello es que para cada formato de pantalla hay un proyector que combina óptimamente:
- La combinación de una pantalla con la relación de aspecto de 1:1 es óptima con un proyector normal de diapositivas (relación de aspecto 1:1).
- La combinación de una pantalla con la relación de aspecto de 4:3 es óptima con un proyector estándar (relación de aspecto 4:3).
- La combinación de una pantalla con la relación de aspecto de 16:9 es óptima con un proyector de pantalla ancha (relación de aspecto 16:9).
Pero también se pueden combinar otros formatos de proyección con ciertos formatos de pantalla más o menos satisfactoriamente. Como regla general se puede aplicar lo siguiente para los distintos grupos de usuarios:
- Presentaciones de diapositivas: aquellas personas que mayormente usen su pantalla para presentaciones de diapositivas con un proyector normal para diapositivas y sólo ocasionalmente proyectan otras imágenes con un proyector, lo mejor es la pantalla con una relación de aspecto de 1:1, ya que no se tiene que estirar la pantalla completa haciendo uso de un proyector.
- Presentación en el ordenador: aquellas personas que mayormente usen su pantalla para presentaciones del ordenador con un proyector, lo mejor es una pantalla y un proyector del formato 4:3 cada uno. Ciertameinte, la combinación respectiva del formato 16:9 también es muy apta, pero a partir de un ancho determinado, la altura de la imagen es notablemente más baja.
- Televisión: aquellas personas que mayormente usen su pantalla para ver la televisión, lo mejor es una pantalla de 4:3 y un vídeoproyector de 4:3, porque entonces la imagen proyectada utiliza la zone de imagen completa de la pantalla.
- Películas: aquellas personas que mayormente quieren ver programas de pantalla ancha y películas en la pantalla, lo óptimo es una pantalla de 16:9 y un vídeoproyector de 16:9, o la combinación de la pantalla de 4:3y un vídeoproyector de 4:3. Combinando una pantalla de 16:9 con un vídeoproyector de 4:3, el ancho entero de la imágen sólo es utilizado si la función del zoom del vídeoproyector se activa respectivamente.
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